El masaje deportivo ofrece beneficios clave para deportistas, como mejorar la circulación sanguínea y linfática, oxigenando los tejidos y eliminando toxinas. Ayuda a prevenir lesiones al aumentar la flexibilidad muscular y reducir tensiones, además de aliviar dolores.

Acelera la recuperación muscular tras entrenamientos intensos, disminuyendo la rigidez y el tiempo de reposo necesario. Por último, optimiza el rendimiento físico al mantener los músculos en óptimas condiciones, mejorando la resistencia y calidad del movimiento.

El masaje deportivo comienza con una evaluación para identificar tensiones o contracturas, personalizando el tratamiento según las necesidades del deportista. Se prepara la zona con movimientos suaves que calientan los músculos y mejoran la circulación.

Luego, se aplican técnicas como amasamientos profundos para relajar la musculatura, fricciones para aliviar contracturas y estiramientos controlados que mejoran la flexibilidad. También se incluyen percusiones para estimular los tejidos y activar la musculatura. Finalmente, se realizan movimientos suaves para calmar los tejidos y asegurar una recuperación óptima.